viernes, 22 de mayo de 2009

De un ordenador que no funciona a un hotel de cinco estrellas


Miguel Herranz.- Parece un título descabellado, y de hecho lo es, y es más, ¿qué tendrá que ver con la presentación del nuevo programa de la sexta, Malas Compañías? Pero toda historia tiene su principio, y esta empieza así.

La mañana comenzó temprano, quizá demasiado, para acabar de una vez con la asignatura de redacción periodística. Aquí se cruza el maldito ordenador que no quería enviar mi examen práctico y mi consiguiente desesperación. Una vez solventado el entuerto satisfactoriamente, espero, y ya fuera de la clase, mi compadre Víctor me pide que le acompañe a la presentación del nuevo programa de Manel Fuentes para la sexta, Malas Compañías, ya que nuestra querida compañera de cine Alexa no podía ir. Yo acepto encantado, y sin más nos dirigimos al Metro para llegar hasta Plaza Castilla donde pensábamos que caía el número 259B del Paseo de la Castellana.

Sí, lo he dicho bien, pensábamos, porque a la llegada a Plaza Castilla le tuvimos que sumar una buena caminata hasta encontrar el dichoso 259B. Caminata que al sol de Madrid, a las doce de la mañana, tiene mérito. En este punto se cruza la segunda parte de tan extraño título. La dirección a la cual nuestro jefe nos había mandado correspondía con una de las torres de la antigua ciudad deportiva del Real Madrid y más concretamente al hotel Eurostar, que tenía como bien hemos exclamado Víctor y yo, casi a la vez, “¡cinco pedazo de estrellacas!”. Era la primera vez que íbamos a entrar en un hotel de cinco estrellas y lo hacíamos en pantalones piratas, camiseta, y sin afeitar, pero es que somos de Móstoles y de Fuenlabrada, es lo que hay.

Una vez dentro, porque sí entramos, llegamos a la sala donde Manel y sus colaboradores debían presentar su nuevo proyecto. Allí conocimos a un redactor de la Sexta que curiosamente resultó ser del mismo pueblo de Sevilla que una amiga de mi compadre Víctor, así de pequeño es el mundo, el que nos aclaró que la Sexta “por dentro no es tan buena”. Además probamos el aperitivo que nos ofrecieron. Y sí, los ricos comen cosas raras, pero el chorizo no falta.

Para acabar y antes de que empezara el evento al que estábamos acreditados, contar mi propuesta para el siguiente regalo del programa. La pastilla de jabón que curiosamente cayó en mi bolsillo cuando estuve en el baño, sí pensar lo que queráis, pero todo el mundo manga cosas de los hoteles. ¿Y del programa no contamos nada? No, porque si no, no nos escucháis el miércoles. Y hay que mantener a la audiencia.

5 comentarios:

Diego Núñez Merino dijo...

¡Muy buena Míchel!

Así me gusta, dándole salida al blog... ¡Y de qué manera!

Os pusisteis hasta el culo de comer, ¿eh tragonazos? jaja

A ver que nos tenéis preparado el miércoles...

¡Saludos!

Anónimo dijo...

Mira que redactas bien Michel...JAS ha hecho mella en todos nosotros!

vik dijo...

Por cierto no soy anónima vale, soy Viky jejej

Charly Rodriguez dijo...

Bien bien, esto ya esta en marcha! engranajes a punto, motores que rugen...ya empieza la maquinaria, y de que forma!

Soys crackerrimos y la sabeis.

Chopi dijo...

en tu línea Michelo, jugón